Éste es el vídeo promocional....
Nadie sabe adónde va. Ni
desde dónde ni cómo ni porqué. Todos, sin embargo, la sentimos bajar
dentro de nosotros hasta profundidades inimaginables y, una vez allí, la
sabemos capaz de alcanzar prodigios para cualquier otro impensables. La música, entiendo. El lenguaje más alto. Probablemente la única que nos consiente apoyar la oreja en el pecho del tiempo y percibir el flexible latido del infinito. Intuición entre las más grandes del hombre. Más grande incluso que la palabra. Porque le pone alas a la palabra y la hace libre de superar cualquier obstáculo y alcanzar cualquier latitud. La única lengua que habla a todos y desde todos se hace comprender. Pero también la única que todos pueden hablar sin que sea necesario conocer gramática ni sintaxis. Pura y preciosa como el agua. Invisible y indispensable como el aire. Antes de que llegase ella, invisible también lo era yo. En una periferia que olía aún a postguerra. Ingenua, variopinta, desorientada y desordenadamente sedienta de vida. No sé porqué, pero estaba convencido de que el futuro llegaría a todos menos a mí y que, si alguien hiciese una foto, sería el único incapaz de impresionar la película. La identidad era una nebulosa. Un agujero negro. Un postulado indemostrable. Un deseo que me parecía imposible de satisfacer. La buscaba en todos los sitios. Sin saber qué ni dónde buscar. Sabía sólo que debía estar allí, en cualquier parte y que si no la encontraba no sólo nunca sabría ni quién ni qué era yo, sino que no podría nunca empezar el camino de la búsqueda de los demás y de las respuestas a mil preguntas que apuntaban el dedo hacia mí. Y justo cuando parecía que aquella nebulosa no se disolvería jamás y que el agujero negro permanecería como tal para siempre, llegó ella. No fue un flechazo. Tampoco aquella impresión fulminante que parece el único elemento que certifica la presencia de una vocación auténtica. Fue un cortejo lento. Encuentros breves y fugaces. Miradas robadas. Palabras y notas arrancadas de aquí y allá a una pequeña radio dejada encendida en un patio, a un juke-box abandonado a la apatía de inviernos bajos e inmutables, a la palidez inquieta de un televisor cualquiera. Un cortejo lento y difícil. Con aceleraciones repentinas y repentinas pausas. Arranques, dudas, incomprensiones, abandonos y de nuevo ilusiones. Muchas veces hemos estado a punto de romper y perdernos para siempre. De ella me fascinaba el hecho que parecía venir de otro mundo (y quizás, era justo así), pero más todavía que era ciertamente otro mundo al cual lograba arrastrarme cada vez que la ventana de la conciencia se abría de par en par y el viento destapaba emociones, deseos, sensaciones, pensamientos. Después de él, el antes no existía. Ni siquiera yo. Un viento siempre diferente, siempre nuevo y siempre más rico de reclamos y sugestiones. Soplaba desde tierras desconocidas, llevando la magia de geografías de nombres cargados de energía y misterio -Bindi, De Andrè, Endrigo, Modugno, Paoli, Tenco… Uno junto al otro daban vida al cuadrante mágico del arte pobre y potente de la canción de autor. Probablemente la forma expresiva popular que más que ninguna otra ha animado la segunda parte del mil novecientos, gracias a la fascinación inmediata y definitiva de su simplicidad, al incurable poder de síntesis, a la extraordinaria magnitud evocativa. Un arte capaz de mostrar lo que, hasta entonces, nadie había visto jamás y, sobre todo, jamás había imaginado el poder ver. Parte de aquel viento está encerrado en esta tercera colección, dedicada a los pocos temerarios que han lanzado velas ante él para guiar la barca de los navegantes del existir, hacia el descubrimiento de nuevas rutas, más allá de columnas de Hércules de miedos, fragilidades y dudas que llenan el ánimo humano. También esta vez no sé si están realmente "Todos Aquí". De nuevo no es éste el sentido. El deseo es el de redescubrir orígenes y raíces de un recorrido personal y profesional que, si es tan largo y afortunado, lo debe también al empuje de estos vientos. He intentado reencontrar y redirigir sobre vosotros el sabor inconfundible e inolvidable de ciertas "ráfagas", con la esperanza de restituir cualquier fragmento de la magia recibida en regalo de ellos, y el deseo de que nadie deje de anhelar el abrir la ventana del alma y tenga coraje para dejar que las corrientes traigan desorden fuera y dentro de nosotros. Claudio. |
(Gracias a Romana)
Aquí hay una larga video-entrevista de Claudio sobre el nuevo CD y 4 piezas del mismo CD actuadas EN DIRECTO por él, el pasado día 18 en el Forum Music Village de Roma.
http://www.kataweb.it/multimedia/media/453304 (Gracias a Alberta) |
CD 1 |
CD 2 |
1- CINQUE MINUTI E POI - CINCO MINUTOS Y LUEGO (de Pagani - Lamorgese - Prestipino; cantada por Maurizio de los New Dada, alias Maurizio Arcieri. Presentada al Disco del Verano en 1968) | 1- SE NON AVESSI PIU' TE - SI YA NO TE TUVIESE (de Migliacci – Zambrini – Bacalov; cantada por Gianni Morandi en 1965) |
2- IO CHE AMO SOLO TE - YO QUE TE AMO SÓLO A TI (de Sergio Endrigo; cantada por Sergio Endrigo en 1962) | 2- IL MONDO - EL MUNDO (de Meccia – J. Fontana – Pes; cantada por Jimmy Fontana y éxito como Canción del Verano en 1965) |
3- UNA LACRIMA SUL VISO - UNA LÁGRIMA EN TU CARA (de Mogol-Satti, o bien de Mogol-Lunero, según diferentes fuentes bibliográficas; cantada por Bobby Solo, alias Roberto Satti en el Festival de Sanremo de 1964) | 3- AMORE CHE VIENI, AMORE CHE VAI - AMOR QUE VIENES, AMOR QUE VAS (de Fabrizio De André; cantada por Fabrizio De André en 1968) |
4- INSIEME A TE NON CI STO PIU' - JUNTO A TI YA NO ESTOY (de Paolo Conte y Vito Pallavicini; cantada por Caterina Caselli en 1968) | 4- IO CHE NON VIVO - YO QUE NO VIVO (de V. Pallavicini – P. Donaggio; cantada por Pino Donaggio en 1965 y por Mina) |
5- NON ARROSSIRE - NO ENROJEZCAS (de Maria Monti, Giorgio Gaber, Davide Pennati, Mariano Rapetti; cantada por Giorgio Gaber en 1961) | 5- LE STRADE DI NOTTE - LAS CALLES DE NOCHE (de Giorgio Gaber – Mariano Rapetti; cantada por Giorgio Gaber y por Gigliola Cinquetti en 1963) |
6- CHE COSA C'E' - ¿QUÉ SUCEDE? (de Gino Paoli; cantada por Gino Paoli en 1961 y también por Ornella Vanoni) | 6- CANZONE PER TE - CANCIÓN PARA TI (de S. Endrigo – S. Bardotti – L.E. Bacalov; ganadora del Festival de Sanremo de 1968 cantada por Sergio Endrigo a dúo con Roberto Carlos) |
7- ARRIVEDERCI - ADIÓS (de Umberto Bindi y Giorgio Calabrese; cantada por Umberto Bindi en 1959-60) | 7- EMOZIONI - EMOCIONES (de Mogol – Battisti; cantada por Lucio Battisti en 1970) |
8- FORTISSIMO - MUY FUERTE (de Lina Wertmuller y Bruno Canfora; cantada por Rita Pavone en 1966) | 8- LONTANO LONTANO - LEJOS LEJOS (de Luigi Tenco; cantada por Luigi Tenco en 1966) |
9- CENTO GIORNI - CIEN DÍAS (de Mogol – Piero Soffici; cantada por Caterina Caselli en 1966) | 9- SENZA FINE - SIN FIN (de Gino Paoli de 1961; cantada por Gino Paoli y también por Ornella Vanoni) |
10- IL MIO MONDO - MI MUNDO (de Umberto Bindi y Gino Paoli; cantada por Umberto Bindi en 1963. Muy famosa en la voz de Tom Jones y Dionne Warwick) | 10- LA CANZONE DELL'AMORE PERDUTO - CANCIÓN DEL AMOR PERDIDO (de Fabrizio De André; cantada por Fabrizio De André en 1968) |
11- C'ERA UN RAGAZZO - HABÍA UN MUCHACHO (de Migliacci – Lusini de 1966; cantada por Gianni Morandi) | 11- NEL BLU DIPINTO DI BLU - EN EL CIELO PINTADO DE AZUL (Más conocida como "Volare" de F. Migliacci – D. Modugno; cantada por Domenico Modugno en 1958) |
12- UN GIORNO DOPO L'ALTRO - UN DÍA TRAS OTRO (de Luigi Tenco/Jacques Chaumelle; cantada por Luigi Tenco en 1966) | 12- VEDRAI VEDRAI - VERÁS VERÁS (de Luigi Tenco; cantada por Luigi Tenco de 1965) |
13- VENGO ANCH'IO, NO TU NO - TAMBIÉN YO VOY. NO, TU NO (de Dario Fo - Enzo Jannacci – Fiorenzo Fiorentini; cantada por Enzo Jannacci en 1968) | 13- SE TELEFONANDO - SI TELEFONEANDO ( de E. Morricone-M. Costanzo – G. De Chiara; cantada por Mina en 1966) |
14- L'ULTIMA OCCASIONE - LA ÚLTIMA OCASIÓN (de Tony Del Monaco y Climax; cantada por Tom Jones en 1965 y versionada por Mina) | 14- UNA MINIERA - UNA MINA (de Vittorio De Scalzi, G. D'Adamo y N. Di Palo; cantada por los New Trolls en 1969) |
15- IL NOSTRO CONCERTO (VERSIÓN MODERNA) - NUESTRO CONCIERTO (de Umberto Bindi y Giorgio Calabrese; cantada por Umberto Bindi en 1960) | 15- IL NOSTRO CONCERTO (VERSIÓN SINFÓNICA) |
(Gracias a Alberta, Iván y Piko)
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No es que tenga miedo a morirme. Es tan sólo, que no quiero estar allí cuando suceda. Woody Allen
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