21-abril- 2007 -Relato de Enrico (Pavía).
Hola mi amiga, buen
domingo.
Ayer por la tarde, mientras estaba en la fila fuera, esperando la
entrada a los ensayos, una chica se ha acercado y me ha pedido que le
hiciese una foto junto a otras personas.
Mientras me preparaba... ¿qué veo entre sus manos? ¡¡La pancarta de tu
web!!!
A veces la casualidad, entre miles de personas que había, hizo que se
dirigiesen justo a mí.
Luego les he dicho que te conocía y que te saludaran. Ellos me han
preguntado mi nombre y cuando les he dicho cómo me llamaba, me han
preguntado: "¿Enrico, el que escribe en nuestro Libro???".
Debo decir que este hecho me ha dado mucha alegría. Gracias a la
publicidad que me haces.
Velada digna del nombre: "Gran finale".
Un Claudio en perfecta forma, ya física como vocal, relajado como sólo
el que tiene la certeza de haber alcanzado la meta prefijada, incluso
antes de partir.
Te advierto que ayer por la noche he vivido el espectáculo en un estado
de particular "gracia": estaba relajadísimo por una serie de
motivaciones personales, he gozado del espectáculo intensamente y con
calma, fijándome en la estructura del escenario, los músicos, el público
en torno a mí, los técnicos y todo lo que gira alrededor de la galaxia
que toma el nombre de "Claudio Baglioni".
He querido regalarme ese tiempo "a forma di noi" sorbiendo lentamente
los instantes, como cuando, en verano, estás en la orilla del mar, en
plena puesta de sol, con una bebida helada en la mano y bebes pequeños
sorbos, pensando que si el paraíso existe, seguramente contiene también
esa imagen y esas sensaciones que estaba sintiendo... simples, pero que
sólo logras sentir en pocos e imperdibles instantes, al menos, de tu
vida, con tal fuerza que ni siquiera puedes racionalmente explicar la
razón.
Sólo entonces he comprendido realmente que estaba frente no sólo a
Claudio, al que estoy emocionalmente unido, sino que asistía también a
la actuación de un enorme profesional en el escenario, un cantautor -
encantador de serpientes. Uno al que no puedes ni debes pedir nada, no
puede superar esa "barrera del sonido" porque no es humanamente posible
llegar "oltre" las cimas a las que me ha y nos ha llevado, no podemos
pedir más de lo que nos ha regalado hasta ahora, simplemente el máximo.
Durante los ensayos estaba en la zona reservada a los amigos menos
afortunados y "válidos" de forma diferente, como se dice hoy, puesto que
acompañaba a una amiga que estaba en silla de ruedas. He cruzado una vez
más, como en Pavía, la mirada y he estrechado la mano de Claudio,
intercambiando alguna palabra con él.
Pienso que lo que no se puede expresar con palabras, se puede hacer con
el tacto, con el revestimiento de la epidermis, con la piel... y creo
que la descarga adrenalítica que me recorría ayer le llegó hasta él.
Estoy convencido, porque se ha demorado un poco en dejarme la mano.
No puedo ni tengo nada más que decir respecto a la noche de ayer,
probablemente si fuese capaz, expresaría de otro modo mis sensaciones,
pero en este momento, estoy sensible, como después de cada concierto,
como golpeado por una descarga eléctrica de 10.000 voltios.
Un saludo y gracias como siempre por recoger mis emociones y mis
palabras escritas de golpe y con su vida propia. Yo sólo soy un indigno
medio.
Si resultan buenas, el mérito es sólo y como siempre, de ellas.
Un abrazo.
Enrico-Henrylander
Hola mi
amiga, buen domingo.
Ieri pomeriggio mentre ero in fila esterna, aspettando l'entrata alle
prove una donna si è avvicinata e mia ha chiesto se le scattavo una foto
assieme ad altre persone.
Mentre mi preparavo, cosa vedo tra le mani? Lo striscione della tua web!
A volte
il caso, tra le migliaia di persone da quelle parti proprio a me si sono
rivolti.Poi le ho detto che ti conoscevo e di salutarti, loro mi hanno
chiesto il mio nome e quando ho detto come mi chiamo mi hanno risposto :
”Enrico quello che scrive sul libro nostro?”
Devo dire che la cosa mi ha fatto molto piacere. Grazie alla pubblicità
che mi fai.
Serata degna del nome: “Gran Finale”.Un Claudio in perfetta forma, sia
fisica che canora , rilassato come solo chi ha la certezza di aver
raggiunto il traguardo prefissato, ancor prima di partire .
Devo dire che ieri sera ho vissuto lo spettacolo in uno stato di
particolare “grazia” , ero rilassatissimo per una serie di motivazioni
personali, mi sono goduto lo spettacolo intensamente e con calma,
soffermandomi sulla struttura del palco i musicisti, il pubblico intorno
a me, i tecnici e tutto quanto orbita intorno alla galassia che prende
il nome di “Claudio Baglioni”.
Ho voluto regalarmi quel tempo “a forma di noi” centellinando gli attimi,
come quando d’estate sei in riva al mare, al tramonto con una bibita
ghiacciata in mano e bevi a piccoli sorsi, pensando che se il paradiso
esiste, sicuramente contiene anche quell’immagine e quelle sensazioni
che stai provando, semplici nel contesto ma che riesci a sperimentare
solo in quei pochi imperdibili istanti , della tua vita almeno, con tale
forza, senza poterne razionalmente spiegarne la ragione.
Solo allora ho realizzato pienamente che ero di fronte non solo al
Claudio a cui sono emozionalmente legato, ma assistevo anche alla
performance di un estremo professionista del palco, un cantautore-incantatore
di serpenti, uno a cui non puoi ne devi chiedere altro, non può
superarre quel “muro del suono” perché non è umanamente possibile
arrivare “oltre” le vette su cui mi ha e ci ha portato, non possiamo
chiedere di più di quello che ci ha regalato fino ad ora, semplicemente
il massimo.
Durante
le prove, ero nella zona riservata agli amici meno fortunati i
diversamente abili, come si dice oggi, dato che accompagnavo un amica
che era in carrozzella ed ho incrociato ancora una volta, come a Pavia
lo sguardo e stretto la mano di Claudio, scambiando qualche parola con
lui.
Penso
che quello che non si riesce ad esprimere con le parole, lo si possa
fare con il tatto, con il rivestimento dell’epidermide, con la pelle e
credo che la scossa adrenalinica che mi percorreva ieri sia giunta fino
a lui, ne sono convinto perché si è attardato qualche attimo in più nel
lasciarmi la mano.
Non
posso ne ho altro da dire per quanto riguarda ieri sera, probabilmente
se ne fossi capace riverserei in ben altro modo le mie sensazioni, ma in
questo momento sono al tappeto, come ogni dopo concerto, come colpito da
una scarica elettrica di 10.000 volt.
Un saluto e grazie come sempre di raccogliere le mie emozioni e le mie
parole scritte come sempre di getto e con una loro propria vita, io ne
sono solo un indegno mezzo. Se risulteranno buone il merito è solo e
come sempre loro.
Un abbraccio
Enrico-Henrylander
27-marzo- 2007 -Relato de Enrico (Pavía).
La fecha de Pavía ha
sido fantástica por su contenido humano, a pesar de las pésimas
condiciones de salud de Claudio.
La entrada de los Clabbers se ha retrasado hasta las 18.20
aproximadamente. Il palacio de deportes es pequeño, unas 3.000 entradas,
y pésimo como acústica.
Claudio está ya en el centro del escenario, con un abrigo negro y
bufanda, relajado y dulce, bromea con nosotros, presentándonos los
músicos entona alguna canción y comprendo, de repente, que el gran mago
esta noche deberá sacar del sombrero un poco de magia especial, porque
su principal magia, "su voz", está decididamente mal.
Después nos saluda con gentileza y alguno le pide que venga a
saludarnos. Él se cuadra en posición de firmes, simpáticamente como un
soldado, y podemos estrecharle la mano e intercambiar sonrisas y buenas
emociones.
Yo estrecho la suya, intentando robarle un poco de capacidad de
escribir, de fijar en el folio lo que ve pasar a través de la
profundidad del alma... o al menos me ilusiono con lograrlo.
Son instantes en los que quisiera expresar mil cosas pero comprendo que
él es una persona sola y nosotros una multitud de personas, corazones e
historias parecidas, que con nuestra presencia llenamos su recorrido
vital y artistico.
Grabo indeleblemente ese instante en la memoria del corazón, antes de
hacerlo en la fotográfica de mis ojos.
...Y estoy en una alfombra y como si en ese momento fuese traspasado por
agujas de hielo de parte a parte, me siento una especie de esponja
viviente, que absorbe toda la energía desprendida por aquel ser del que
conozco cada ángulo artístico (no puedo decir lo mismo del ser humano).
Caigo y me levanto mil veces en aquellos pocos instantes y soy
simplemente feliz, ingenuamente feliz como puede ser un niño al recibir
un regalo.
A pesar de que el próximo mayo mis lunas anuales llegarán a 44, en
ciertas cosas permanezco desarmadamente niño.
Con la misma sinceridad escribo ahora, no importándome nada lo que pueda
salirme fuera.
Luego el concierto es historia a las espaldas. Claudio fatigado, sin voz
y con una tos que le asalta de repente durante las canciones... pero él
no dobla las piernas y nos regala otra maravillosa noche de notas que
llevarnos dentro de nosotros, un trocito de sol para calentarnos cuando
el invierno de la vida nos sorprenda de improviso.
Quizás tiene razón Claudio en que una canción no puede cambiar la vida,
pero a mí, con toda seguridad, me la mejora y me la colora de azul.
Enrico-Henrylander
La data di Pavia è
stata fantastica per contenuti umani , nonostante le pessime condizioni
di salute di Claudio. L'apertura ai Clabber è spostata solo verso le
18.20 circa, il palazzetto è piccolo circa 3.000 posti, pessimo come
acustica.
Claudio è già al
centro palco, in un cappotto nero e sciarpa, rilassato e dolce, scherza
con noi presentandoci i musicisti intona qualche canzone e capisco
subito che il grande mago questa sera dovrà tirare fuori dal cilindro
qualche magia speciale, poichè quella principale "la sua voce" è
decisamente messa male. Dopo ci saluta con gentilezza a quel punto
qualcuno chiede che venga a salutarci, lui si mette sull'attenti
simpaticamente come un soldatino e, possiamo stringergli la mano e
scambiarci sorrisi e buone emozioni.
Io stringo la sua,
cercando di rubarne un poco la capacità di scrivere,di fissare sul
foglio quello che vede passare attraverso la profondità dell'anima o
almeno mi illudo di riuscirci.
Sono attimi in cui
vorrei esprimere mille cose ma capisco che lui è una persona sola e noi
una moltitudine di persone, cuori e storie simili, che vanno ad
intasarne il suo percorso di vita e artistico.
Fermo indelebilmente
quell'attimo nella memoria del cuore, prima che in quella fotografica
degli occhi miei.
Sono al tappeto e
come se in quell'attimo fossi trafitto da aghi di ghiaccio che mi
trapassano da parte a parte, mi sento una sorta di spugna vivente, che
assorbe tutta l'enetgia sprigionata da quell'essere di cui conosco ogni
angolo artistico, non ho la pretesa di dire lo stesso per quello umano.
Cado e mi sollevo
mille volte in quei pochi attimi e sono semplicemente felice,
ingenuamente felice come può essere un bambino, per un regalo ricevuto.
Nonostante che il
prossimo maggio le mie lune annuali arriveranno a 44, in certe cose
rimango disarmatamente bambino, con la stessa sincerità scrivo ora,
fregandomene di quello che uscirà fuori.
Poi il concerto è
storia alle spalle, Claudio affaticato, senza voce e con una tosse che
l'assale improvvisa durante le canzoni, ma lui non piega le gambe,
regala a noi un'altra meravigliosa notte di note, da portarci dentro, un
pezzetto di sole per scaldarci quando l'inverno della vita ci sorprende
improvviso.
Forse ha ragione
Claudio, una canzone non può cambiare la vita ma a me sicuramente la migliora
e la colora di blù.
Enrico-Henrylander
25-abril- 2005 -Relato de Alex-Calcio (Barcelona).
Todo comenzó el 25 de
Abril, entré en el libro de SoloClaudio, y alucinaba, todos hablabais de
la visita de Claudio a Madrid dos días antes, y yo no me enteré....
seguramente tampoco hubiese ido, al caer fin de semana, y más sabiendo
que a los pocos días viajaba a Barcelona. Esa era mi gran oportunidad.
Así que empecé a pedir
información. Primero en el mismo libro de SoloClaudio, pero no hubo
respuesta. Como no, pregunté a Do. Pero ella no viajaba a BCN y no tenía
información, al mismo tiempo, comencé a mandar mails a Televisiones
locales y nacionales al igual que radios y grandes almacenes (Fnac,
Corte Inglés). Curiosamente, respondían pocos y para decir que no sabían
nada. Hasta que al fin supe algo gracias a TV3. Tenían previsto
entrevistarlo el miércoles 27 en un sitio que no podían desvelar -según
ellos- por órdenes de la Cía. discográfica.
Increíble, Claudio en
mi ciudad, el miércoles y yo, el martes, sin saber nada más. Los nervios
van subiendo, y tienes una sensación de que puede ser que lo conozcas, o
que ese día iba a pasar sin pena ni gloria, y con una gran frustración.
Hice un nuevo llamamiento en el libro, pero nada. Llega el Miércoles, y
mi cara de cabreo llegaba hasta suelo. Sólo quedaba una cosa por hacer.
Era visitar los Hoteles de 5 estrellas de la ciudad. Así que le pedí al
Google: -Barcelona hoteles 5 estrellas-, y ahí estaba el listado. No
podía hacer nada más. Así que cogí la moto y empecé por el Juan Carlos
I. -Increíble hotel por cierto- estuve deambulando por el hall y el bar
15 minutos. Yo era consciente de que aunque diera con el hotel, lo más
seguro es que estuviera fuera, o en su habitación, pero también tenía la
esperanza de ver a alguien que como yo, llevara en una bolsa algo con
forma de disco y me informara de alguna cosa. No os relataré mi periplo
por los 6 hoteles por donde pasé más de media mañana, sólo os diré que
si tomas un agua o un cortado, preparad un mínimo de 3 euros. Eran sobre
las doce del mediodía, y confiaba más, en llegar a casa y encontrar un
mail con buenas noticias, que en seguir viendo hoteles. Así que me dije
- los dos últimos y a casa pitando.
Entonces ocurrió.
Llegué a un hotel que está junto a las Ramblas, y antes de entrar, entre
unas cortinas medio abiertas del bar, lo vi. En ese momento no me puse
nervioso. Él llevaba un pantalón blanco, camisa y chaqueta tejana y una
especie de macuto blanco. Esa fue la primera imagen. Un tipo más alto y
delgado de lo que pensaba. Sin pararme ni un momento, entré. Me quedé a
unos 5 discretos metros de distancia, ya que estaba hablando con otras
personas (periodistas de la SER). Entonces ya empecé a notarme una
respiración más acelerada, pero eso sí, con una gran sensación de
satisfacción. Cuando vi que la conversación terminaba, me acerqué antes
de que se uniera a su grupo. Me presenté y le pedí que si podía hablar
con el un momentito, me contestó -claro, como no- En ese momento se
acercó una chica que creo que era de la discográfica, mientras yo le
explicaba a Claudio mi paseo por los Hoteles. Naturalmente enseguida le
comenté lo que creo que le decimos más o menos todos con diferentes
palabras, pero es tan importante para cada uno, decirle lo importante de
ese momento, los años que he escuchado su música, prácticamente sólo, y
lo difícil que es ser seguidor suyo en España. Entonces le pedí que me
firmara un cd, a lo que naturalmente accedió gustoso. Pero cuando lo vio
hizo un pequeño gesto entre sorpresa y curiosidad. Me dijo que no lo
había visto nunca, -es una edición limitada Japonesa del -Mille giorni
di te e di me- con la letra en italiano y japonés. Me lo pidió un
momento, y se lo fue a enseñar a sus acompañantes.
Tras unos segundos,
volvió junto a la barra del bar y me dijo. -¿Quieres tomar
algo?-Entonces, si que me puse todo lo nervioso que me faltaba. Le
conteste con la boca pequeña, (lo reconozco) -No, no quiero molestar,
gracias- Pero él insistió de nuevo, y no me negué. Él pidió un café y yo
un cortado.
Intenté coger el azúcar, pero enseguida vi que acabaría esparcido por
toda la barra, así que decidí tomar el cortadito sin azúcar, para evitar
“patosidades”. Realmente me temblaban las manos. Era consciente del
momento que estaba viviendo, pero me sobraban los nervios. Después de
manifestarle mi admiración por él, me preguntó si escuchaba más música
italiana, y hablamos de Fabio Concato, Battisti, y Pino Danielle.
Trascurridos no más de 2 ó 3 minutos, noté que se ponían en marcha, y mi
tiempo acababa, un último suspiro para la dedicatoria en el cd (para mí
y mi familia), una foto junto a él, y un GRACIAS!!! como una casa.
Nos dijimos "hasta
luego", porque lo vería por la tarde en la SER. Él se giró ya para irse,
y yo pedí la cuenta. Claudio me oyó y en ese momento, se volvió, y me
dijo - No, no, está todo bien, no te preocupes.- Le volví a dar las
gracias, y me marché... con una sensación infinita de satisfacción y
felicidad.
Ese día 27 de Abril,
junto al 11 de Julio de 2005 en el concierto de Madrid, han hecho
realidad mi sueño.
Alex-Calcio
25-noviembre- 2006 -Relato de Leo en Livorno (Concierto
nº 11 del Tour Tutti qui).
Hola a todos!
Después de retrasar la vuelta 1 día por problemas en el vuelo de vuelta,
ya estoy aquí.
A algunas de vosotras ya os he comentado algunas de las sensaciones
vividas en el concierto de Livorno. Y es que fue...¡impresionante!.
Todos los que íbamos salimos alucinados de allí. Ninguno habíamos visto
un espectáculo de esta magnitud (y os aseguro que hemos visto muchísimos
conciertos de otros grandes artistas).
Empezamos a ponernos
nerviosos ya 1 día antes (bueno, algunos mucho antes) cuando recibí la
llamada de María (Addio) desde allí, desde Livorno, comentándonos que
estaba esperando para las pruebas de sonido y comentarnos cómo era
aquello. Los nervios aumentaron cuando al día siguiente llamé a María
para que me contara sensaciones y las pude oir en su propia persona
porque (¡qué casualidad!) ambos estábamos en Pisa (ella fué el día
después del concierto y nosotros estábamos allí antes de ir a Livorno
por la tarde).
Y llegaron las pruebas
de sonido. Antes de entrar algunos fans italianos alucinaban con
nosotros porque habíamos venido desde España a ver a "su" Claudio. Creo
que algunos se dieron entonces cuenta de la dimensión que tenía C.
Baglioni.
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Ahí aproveché para entregar las tarjetas de "Soloclaudio" que
Karmen me había enviado. Y ¡oh, qué bonita sorpresa! Algunos ya nos
conocían y comentaban "molto bella" (en referencia a la página); "Mª
Carmen"... Imaginaros qué emoción!. Intuimos antes de entrar que sería
difícil acercarnos a él porque allí había, no 20 ó 30, sino unas 100
personas. Pero una vez dentro, ¡qué más daba!. Estábamos muy cerca y,
además de la curiosidad de asistir a esas pruebas, Claudio nos regaló un
mini concierto ("Cinque minuti...", "Via", "Mille giorni...", "Tienimi
con te"...) maravilloso!!.Aquí aproveché para llamar a Zowie: le prometí
que la llamaría y me pareció un bonito momento y, además, en ese momento
con menos gente cantando, supuse que oiría mejor a Claudio. Mi amiga y
yo agitábamos nuestra bandera y Claudio...segurísimo que la vio.
Esperamos el inicio del
concierto. Buscábamos con la vista un lugar donde poner la bandera de
Soloclaudio. No había ninguna otra bandera en el recinto y eso nos
sorprendió: ¿es que no se podrán poner?. El único sitio posible de
colgarla era delante de un cristal que podía fastidiar la visión de los
que se sentaran cerca de allí. Pero fuimos para allá con la bandera
preparada y lista para colgar: mi amiga subía los brazos por encima del
cristal; yo metía los dedos por una rendija... Y allí quedó, sin
molestar y visible para Claudio y para todos.
Y después vino el
concierto, puntual, como siempre. Como ya le comenté a Karmen, aquello
no era un concierto: era algo más. Era un espectáculo con una historia
que lo guía; con un montaje espectacular y, a la vez minimalista, donde
la música y los músicos son los protagonistas (el sonido, uno de mis
miedos por lo oído a otros, buenísimo); y con un Claudio al que se ve
pletórico: no para de ir de allá para acá, con pequeños gestos para la
gente pero sin descuidar la macha del concierto; y con una voz...ay Dios
mío! En varias ocasiones la gente rompió a aplaudir cuando Claudio subía
y subía esa voz maravillosa y se quedaba allí, suspendida... Pero sin
abusar. Como ya le comenté a Zowie, a Antonia, a Jessica, y a los que
compartimos mesa en Valencia, me encanta eso de Claudio: no se
regodea; sabe que si abusa, quita brillantez; te ofrece pinceladas,
momentos inolvidables dentro de un concierto inolvidable. Y el ambiente
del concierto, precioso: existe una comunidad entre Claudio y la gente
que hace que cantan (cantemos) al unísono varias canciones como si
lleváramos juntos toda la vida. Casi tres horas después (sin bis,
seguido, sin parar)... el espectáculo acababa...pero seguía, seguía,
siguió y sigue en nosotros.
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