EL DÍA QUE EL HOMBRE SALIÓ DE LA TIERRA

    El 12 de abril de 1961, el ciudadano de la URSS, elegido bien entre muchos otros y tras pasar pruebas casi imposibles, un gran amante de la familia, YURI GAGARIN (27 años), protagonizó el primer vuelo al cosmos.

"Veo la Tierra ¡Es tan hermosa!".

    En aquella época la gente sabía poco del cosmos y del riesgo que aquel vuelo implicaba para el cosmonauta. Gagarin hizo un salto al precipicio, a un espacio infinito, vacío, falto de vida y lleno de radiaciones mortíferas. La ingravidez. ¿Qué pasaría con la circulación sanguínea? ¿No quedaría afectado el cerebro a causa de esa sensación poco común y no dejaría de funcionar normalmente? ¿Y la alta velocidad a la que se tuvo que sobrevolar el planeta? ¿Qué efecto tendría para el estado físico de la persona? En aquel entonces todo ello era un enigma. El propio lanzamiento, que suponía quemar cientos de toneladas de combustible detonante, encerraba un grave peligro. Todo el vuelo era un enorme riesgo, cuyo precio era la vida. Gagarin corrió riesgo en aras de la gloria nacional. Para que la humanidad avanzara por el camino del progreso y para visitar el espacio e informar de ello a los habitantes de la Tierra. Y tuvo buena suerte. Quedó con vida y le contó al mundo sobre esta gran proeza.

La Tierra se ve a unos siete kilómetros, un traje naranja separa al cosmonauta Yuri Gagarin del frío en tanto su paracaídas se abre sobre Siberia.

"¿Viene usted del espacio?", preguntó una angustiada anciana a Gagarin poco después, en el campo siberiano donde se había posado el cosmonauta.

"Sí, puede usted creerlo, vengo del espacio, no se alarme soy soviético", respondió Gagarin para calmarla.

    Gagarin llegó a ver las estrellas sin la atmósfera terrestre de por medio como resultado de un complejo y secreto programa iniciado más de un año antes por la agencia espacial soviética.

    Tras una serie de pruebas que incluyeron al menos 10 perros, la capsula Vostok 1 despegó del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán el 12 de abril de 1961

UNA VOCACIÓN

    Poco sabía del espacio el joven Gagarin cuando en 1955 -con 17 años de edad- voló solo por primera vez. Fue un momento de esos que marcan la vida de las personas.

    Yuri Alekseyevich se bajó del avión decidido a ingresar en la fuerza aérea, lo que logró en 1957.

    Para 1959 ya había sido aceptado en el embrionario programa espacial soviético.

    A las 9.07 del 12 de abril de 1961 despegó en la Vostok 1, con una cantidad de preguntas sobre su futuro inmediato y en medio de un secreto tal que ni siquiera su madre estaba al tanto del vuelo.

    La nave funcionó sin mayores inconvenientes y transportó a Gagarin sobre América y África antes de iniciar su descenso hacia Siberia.

    Su vuelo inició dos procesos: la carrera espacial con Estados Unidos que terminó con Neil Amstrong dando "el gran salto de la humanidad" en la Luna en 1969, y el de Gagarin como estrella internacional.

    Gagarin se dedicó entonces a recorrer el mundo, recibido con ovaciones en todos sus rincones.

    Los americanos siete años después, el 20 de julio de 1969, enviaron los primeros hombres a la luna. Gagarin juró que pisaría un día la luna, pero el destino fatal quiso que no se cumplieran sus deseos.

    El cosmonauta murió en 1968 cuando probaba el prototipo de un MiG. Algunas biografías dan cuenta de que nunca se adaptó a la vida post viaje espacial y que a menudo se sumergía en el alcohol.

    Gagarin fue sepultado en el muro del Kremlin, el espacio reservado para las grandes figuras de la Unión Soviética. La Rusia de hoy lo admira de igual manera.

    El cosmonauta dijo desde la Vostok 1 al orbitar la Tierra:

 "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos".

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