Todo tiene un inicio y todo desgraciadamente un final, pero cuando se trata de un sueño entonces no tiene fin.

Como bien sabéis, cuando se llega a una cierta proximidad al sol o te quemas o te deslumbra, y yo estoy aún deslumbrada por toda aquella luz y os juro que no estoy delirando (en este caso el sol es Claudio).

Este "concierto perfecto", como lo definió mi hija en el blog de Gio' (www.giospecial.splinder.com), lo ha sido de verdad en todos los sentidos.

A 2500m. donde la tierra encuentra al cielo y donde por encanto el sol y también la luna estaban presentes, incluso los dos, asistiendo a este concierto extraordinario...donde mis palabras no logran describir todas las sensaciones vividas.

¡Qué decir! Un Claudio en forma rompedora: llegada en el telesilla y antes del concierto, en la terraza del refugio donde desde abajo le lanzan de todo para que les haga un autógrafo, sonríe, bromea, coge cosas, firma, vuelve a lanzarlo entre bromas, le lanzan hasta un móvil y él habla con quien está al otro lado...un espectáculo y una simpatía más allá de lo imaginable.

Poco antes de las 14:00h tiene inicio el concierto. La alegría se mezcla con el canto, el canto con las emociones, su música y su voz te entran por todos los poros de la piel hasta llegar al corazón...¡nuestros corazones que de nuevo resisten tantas emociones!

Claudio regala sonrisas, miradas y cuando canta "mi diceva sei una frana" ("me decía eres un desastre"), en "frana" hace "conjuros de cuernos" (no sé si esto es correcto así pero lo digo igualmente) con las manos, incluso cuando coge el vaso para beber dice que ha estado en el bar.

Las poco menos de dos horas pasan rápido y todo se acaba, pero dentro de ti, en tus ojos y en tu mente, permanecen grabadas imágenes que jamás serán borradas.

Después del concierto, paseando por la calle principal de Livigno, de nuevo más emociones. Rossella me da un abrazo y una foto: gentilísima también con mi hija Andrea.

Luego foto recuerdo con Paolone y Antonella y una larga charla. Sugiero a Paolone sonreír más y él me hace una sonrisa de 44 dientes, graciosísimo.

Y luego, luego....¡qué decir!, ayer lunes el encuentro fue increíble, indescriptible, imborrable, inolvidable.

Claudio que abre la ventana del hotel y te dice "llego en 5 minutos"...(de delirio) yo enloquecida que le mando un beso (no pensaba tener tanto valor) y ha sido bellísimo.

Después, no mucho después de lo prometido, llega sonriendo, se para (¡no lo puedo creer!), habla, sonríe, hacemos fotos...yo que le digo que esperaba este momento desde hace más de 30 años y por eso me tiene que firmar todo lo que he traído...

Él....¡grande grande grande grande grande grande grande!

El resto os lo dejo a vuestra imaginación.

Un abrazo.

Está sonando el midi de "Hermano sol hermana luna"